La capital de la moda italiana no se ha dejado amilanar por las sorpresas de Londres y New York y una vez más ha dado que hablar. Tanto arriba de las pasarelas como en el asfalto milanés, la moda se respiraba en la ciudad, Gucci, Prada, Dolce&Gabbana o Versace, bloggers, influencers, estilistas y tendencia. Una gozada.
El primer puesto se disputa entre Versace y Dolce&Gabbana, como no.
El primero consiguió reunir a las grandes super modelos de los 90, Claudia Schiffer, Carla Bruni, Naomi Campbel, Helena Christensen y Cindy Crawford, subidas a pedestales y enfundadadas en unos vestidos dorados al más estilo Versace, para rendirle homenaje al que una vez fuera el capo de la casa, Gianni Versace. El desfile prosigue con una colección inspirada en los archivos del año del incidente, vestidos ajustados y cabello sleek, raya al lado y recogidos bajos, un estilo muy sofisticado. Back to the future en su nombre.
Mientras que el segundo nos dejó con la boca abierta por la fuerza de su colección y su puesta en escena. «La Reina de Corazones», una colección que supuraba originalidad y cargada de detalles, mezcla de prints, texturas y pedrería. Chaquetas con bordados multicolores, faldas con plumas, vestidos floreados y piezas con imágenes sacras al más estilo sur de Italia muy fiel a su marca donde los diseñadores imprimieron la baraja de cartas en gran parte de sus diseños.
Gucci nos envuelve con una colección en sintonía con la filosofía, que evoca el poder de la resistencia de grandes filósofos como Camus y Heidegger, una disidencia que se materializa en una gran variedad de propuestas, desde abrigos de piel a conjuntos monocromáticos o coloblock, melenas sueltas y con aspecto descuidado, una colección donde el cabello no es el protagonista. Un reflejo de la sociedad dividida en la que vivimos.
Y por último no podíamos cerrar la paraeta con Moschino, que no por ser el último es el más discreto, sino todo lo contrario. El diseñador, extravagante como nos tiene acostumbrados nos presenta una sucesión inconexa de estilos con el denominador común “fuera de lo común”. Faldas tutú, cazadoras biker de cuero, corsés, medias de rejilla y botas con tachuelas todo aderezado por prendas de My Little Pony. ¿Alguien da más? Efectivamente, Gigi Hadid convertida en un ramo de flores, sin contemplaciones.
Los italianos las matan callando. Una vez más qué espectáculo.